domingo, 20 de diciembre de 2015

¡Bienvenido Espíritu de la Navidad!

 Cada 21 de diciembre se celebra la llegada del Maestro de la Natividad © Cortesía
El olor a mandarina, la luz de las velas y el humo del incienso impregnan la casa de Ana Rosa Jiménez cada 21 de diciembre. Para ella, “es fijo” que estos artilugios estén en su vivienda ese día, porque necesita agradar a alguien, para que el próximo año, este le cumpla (y a su familia también) todos sus deseos en los próximos 365 días.

Desde hace unos veinte años, cada 21 de diciembre en Venezuela se celebra la llegada del Espíritu de la Navidad, el cual viene a traer paz, amor y buenas energías a los seres humanos para el próximo año.

Durante esta festividad, los venezolanos aprovechan para agradecer a Dios o al ángel de la Navidad (como también se conoce al Espíritu) los favores concedidos durante el año que culmina, pero también utilizan la ocasión para hacer nuevas peticiones, acompañadas de una serie de “rituales” que, supuestamente, ayudan a que las mismas se cumplan.

La llegada del Espíritu de la Navidad coincide con el solsticio de invierno, que es el momento en el que la Tierra se encuentra más alejada del sol, por lo que el día dura menos y la noche es más larga.

Dicho evento natural, ha sido celebrado desde incluso antes de la época de Cristo y que ha evolucionado con el tiempo. En Venezuela esta se incluyó en las tradiciones decembrinas.

Diversos orígenes

El Espíritu de la Navidad es representado en el mundo de diversas maneras, pero también la historia de su origen varía.

En primer lugar, la celebración de este día inició en los países nórdicos como Dinamarca, Finlandia, Islandia, Noruega y Suecia. Aunque también es una tradición de los pueblos celtas de Irlanda, Escocia y Gales.

La festividad nórdica -en un principio- era para celebrar la llegada del solsticio de invierno, siendo su origen de tipo astronómico, por lo que se realizaban grandes hogueras en los bosques, cerca de lo que consideraban los árboles sagrados y donde los sacerdotes de la naturaleza (conocidos como druidas) ejecutaban rituales para invocar las fuerzas del Espíritu de la Navidad. Con el tiempo, la celebración fue evolucionando, junto a los poblados nórdicos y celtas.

Se dice que el movimiento New Age (Nueva Era) son los responsables de traer a Latinoamérica dicha tradición.

Por otro lado, en diversas páginas web se ha escrito que el espíritu de la Navidad es un personaje que “viene de otra galaxia” y que visitó la Tierra hace más de diez mil años, un 21 de diciembre, “aterrizando” en la península escandinava.

A este se le representa como un anciano bondadoso (parecido a San Nicolás o Santa Claus), de aspecto apacible, quien reparte regalos y bendiciones durante su recorrido. Pero en un inicio, se le atribuía características de un hombre joven.

“Es un viajero errante que llegó a la Tierra para revelar secretos de otras galaxias. Su naturaleza es bondadosa, que a su paso regalaba oro y piedras preciosas, bienes espirituales de gran valor en aquellos tiempos”, relata una leyenda.

Ahora, en un versión más religiosa, se dice que el Maestro de la Natividad es el arcángel Uriel, quien descendió a la Tierra. Este ser divino es representado como un joven delgado, de cabellos largos color castaño, ojos rasgados de color ámbar y con una piel que irradia luz.

El Arcángel Uriel, durante el 21 de diciembre, se dedicaba a aleccionar al ser humano con enseñanzas en forma de fábulas. A su vez, daba regalos de gran valor espiritual, es decir, energía pura proveniente de la divinidad.

Y por último, la metafísica Conny Méndez -en su libro “Un tesoro más para ti”- indica que este personaje es “un espíritu femenino que tiene más de dos mil años”, el cual surgió con el momento del nacimiento del niño Jesús. “Su nombre es María, pero no es la Virgen María”.

Sea cual sea la historia, más que una persona de carne y hueso, el Espíritu de la Navidad es una energía que viene a la Tierra para brindar a sus habitantes paz, amor, armonía y alegría.

Variedad de rituales

A pesar de que hay quienes opinan que el día del espíritu de la Navidad es una fiesta comercial, hay personas que creen firmemente en este y por ello se preparan para recibirlo en sus hogares e incluso realizan algunos rituales para atraer las buenas energías.

“Tengo amigos que creen que esta fiesta es ridícula y que los deseos no se cumplen. Pero no creo que sea malo darle la bienvenida a tu hogar a una energía que trae amor y paz y mucha más en un momento en el que país está tan necesitado de ello”, dice Ana Rosa Jiménez.

Y agrega que “yo hago el ritual de los deseos, junto a mi familia. Y ese es un momento de compartir, pero también de reflexión”.

La idea de los rituales es recibir al Espíritu en el hogar y para ello el venezolano utiliza varios métodos como por ejemplo:

- Cena en grupo: en esta tradición se reúne a un nutrido grupo de familiares y/o amigos, con quienes se elabora un menú que puede ser navideño o no. La mesa es decorada con adornos dorados y con un plato donde se coloca una variedad de frutas cítricas, especialmente la mandarina, pero también frutos secos y dulces variados.

Luego de comer, los asistentes a la reunión se congregan en un lugar de la casa, donde se disponen a reflexionar sobre los comportamientos que tuvieron durante el año que termina. Igualmente, se aprovecha la oportunidad para pedir perdón a Dios por las faltas cometidas y disculpar a todos aquellos que le han ofendido, porque “el despojarse de todo rencor es importante para que el Espíritu de la Navidad se eleve y así sean escuchadas las peticiones”, asegura Jiménez.

Después de la reflexión, cada persona con papel y lápiz en mano escribe las peticiones para el Espíritu de la Navidad. Las mismas deben hacerse en un orden específico, es decir, primero se pide por el país, luego por el mundo, la familia y los amigos cercanos y finalmente, los favores personales.

Hay quienes hacen siete solicitudes en cada renglón (para completar 21), mientras que otras personas escriben infinita cantidad de deseos.

Lo siguiente que se hace es cortar cada deseo, para luego guardarlos en una caja. A medida que se vayan cumpliendo, cada papelito se quema, pero hay quienes lo hacen al siguiente año, durante la ceremonia de las peticiones.

- Hogar abierto: el Espíritu de la Navidad, según, desciende a la Tierra a las 10:00 p.m. y a la medianoche. La tradición dice que para ese momento se deben abrir las puertas y ventanas de la casa para que así entren las energías positivas que emana el Universo al momento del descenso del ángel.

- Buen aroma: los expertos en esoterismo aseguran que el 21 de diciembre las personas tienen que bañarse con pétalos de rosas, miel y esencia de mandarina, para atraer energías positivas para el próximo año. El ritual debe hacerse en un sitio limpio y ordenado, donde estén desconectados los aparatos eléctricos que no sean necesarios (porque estos -según- bloquean la energía). El lugar del baño se puede armonizar con música que puede ser meditativa, instrumental, sacra o mántrica.

En el caso del incienso, se recomienda en usar los de sándalo, mandarina, alcanfor, citronela o de rosas. A su vez, se pueden utilizar flores naturales, preferiblemente blancas para representar la armonía, paz y pureza.

Gleida Obregón, dueña de Guayana Mística, recomienda que los baños deben realizar con un “poquitico” de esencia de mandarina. Pero ¿por qué la mandarina? “La mandarina es la fruta de la prosperidad, de la riqueza”, declara Obregón.

- Luz: en el momento de la petición de los deseos, hay quienes utilizan velas de colores, las cuales tienen un significado en concreto.

En el caso de la azul esta representa la fuerza, protección y fortaleza, la amarilla es la sabiduría, conocimiento e inteligencia. La rosada significa el amor, la blanca la pureza y guía, verde es sanación, la naranja atrae la prosperidad y la violeta ayuda a la transmutación de las energías negativas.

Hay quienes utilizan todas las velas, pero con tres también es suficiente.

- Limpieza: dice la tradición que al Espíritu de la Navidad le gusta entrar a un hogar limpio y ordenado, por lo que hay venezolanos que se dedican al aseo de su vivienda ese mismo día en la mañana. En este caso se recomienda que los objetos que no se utilicen pero que están en buen estado se regalen y los que no sirven se boten.

Hay quienes limpian vidrios y ventanas con vinagre para “espantar las energías negativas”, para luego barrer todos los rincones de la casa de adentro hacia afuera. En el caso del coleto, este se pasa primero con jabón azul disuelto en agua y luego con agua preparada con cáscaras de limones, naranjas, toronjas y mandarinas, clavos de olor y canela en astillas; los cuales previamente se hierven, se dejan en reposo y luego se cuela.

Obregón recomienda que la misma esencia de mandarina que se utiliza para el baño de la persona, se emplee para pasar el coleto en el hogar.

- Elevar deseos: últimamente durante la llegada del Espíritu de la Navidad, para hacer las peticiones se emplea el encender y lanzar al cielo los globos del deseo, al que se amarran los mismos escritos en papel, para que estos lleguen más rápido al ángel.

Sin importar el ritual escogido, se sugiere que durante la ejecución de estos se tenga una actitud armónica y pura, porque es vital que la energía fluya positivamente.


Monedas de la prosperidad Gleida Obregón, dueña de Guayana Mística, explica que otro de los rituales para recibir las bondades del Espíritu de la Navidad es el de las monedas.

“Se acostumbra mucho el ritual de los sobres chinos, para la prosperidad. Se guarda en un sobre una moneda china, con un billete de alta denominación, que en el caso nuestro es el de cien bolívares, con tres deseos inmediatos escritos en papel, porque la carta de los deseos es para los deseos a largo plazo.

Este sobre se guarda en la cartera o en una gaveta.

El sobre se abre el próximo año y si se concedió un deseo, entonces con el billete se debe comprar algo que esté relacionado con el deseo, es decir, si el deseo era un carro y se lo dieron, entonces hay que comprar algo para el carro.

También se acostumbra hacer un árbol de mandarina y al que se le guindan monedas chinas, también para la prosperidad”

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