sábado, 19 de diciembre de 2015

Conmovedora historia: joven que perdió una mano, fabrica su propia prótesis a través de una impresora 3D

YouTube/TEDx Talks
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El concurso Google Impact Challenge, tiene como objetivo incentivar en los jóvenes la creación de nuevas piezas tecnológicas; en este, uno de los 10 finalistas se ganó su boleto por la fabricación de su propia mano biónica a través de una impresora 3D.

Nicolás Huchet, 32 años, había perdido su mano derecha cuando trabajaba como mecánico, pero terminó aprovechando su discapacidad para innovar al crear prótesis para personas que como él que perdieron alguna de sus extremidades.

El francés confesó que “no quiero vender manos biónicas, quiero construir mi mano y participar en la reparación de mi cuerpo, pero también en mi autoestima. Lo más importante es el equilibrio mental”.
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El concurso que se llevará a cabo el próximo 8 de octubre, financiará alrededor de medio millón de euros al ganador. Por supuesto Huchet espera ganarlo con su ingeniosa fabricación.

Este proyecto lo denominó My Human Kit como un concepto para llegar a las personas con discapacidades físicas en los que ellos mismos puedan fabricar la parte del cuerpo que les hace falta.

Su proyecto lo auspició la Seguridad Social francesa y el producto será “robusto, resistente, impermeable, rápida y precisa”. El producto podría costar entre mil y mil 500 euros.

La vida de Nicolás Huchet

Huchet era de esas personas que no tenían definido absolutamente nada para su vida pero tenía claro que le gustaban las manualidades, por lo que decidió comenzar a trabajar en una fábrica como mecánico, en donde perdió su mano derecha en el año 2002.

“Después de un accidente de este tipo te preguntas muchas cosas. ¿Y qué tal la vida? ¿Por qué yo y qué voy hacer? ¿Y qué tal la vida? ¿Por qué y qué voy hacer? Es muy difícil para la autoestima y para la confianza personal. Cuesta reconstruir el aspecto psicológico”, cuenta.

Tras encontrar complicaciones económicas para crear la mano biónica, Nicolás dijo que “por una coincidencia descubrí el mundo de los ‘fablabs’ que son laboratorios de fabricación digital abiertos a todos. Cuando vi una impresora 3D por primera vez me parecía una máquina del futuro y pregunté si podía hacer una mano biónica. Me dijeron: ‘Si, ¿Por qué no? No sabemos cómo hacerlo pero podemos probar”.

La única condición que le exigieron en este centro experimental, era que sus inventos los tenía que compartir ante varias personas para que pudieran tener un modelo establecido con el que pudiesen crear sus propias manos; él lo tomó como el código abierto ‘open source’ de francia, en el que debe exisitir una relación recíproca.

Sin embargo, se preguntó sobre regiones latinoamericanas que les cuesta obtener este tipo de productos e imaginó que en el futuro de una persona que necesite una mano biótica podrá ir a un ‘fablab’ para construir su prótesis”.

Finalmente el propósito de Nicolás Huchet es “crear un ‘handylab’ es decir, un laboratorio dedicado a la reparación del cuerpo para personas con discapacidad”

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