Dos delincuentes con pasamontañas en la cabeza saltaron el alambre de púas de la casa de Edixiro del Carmen Fernández, de 41 años. Cenaba cuando le dieron un balazo en la cabeza. Doce horas más tarde, la Policía científica levantó el cadáver.
El cuerpo aún estaba en la silla que comía. (Foto: José Nava) |
José Antonio González
Maracaibo
jgonzalez@laverdad.com
En una zona rural del municipio Jesús Enrique Lossada, dos delincuentes con pasamontañas en la cabeza saltaron el alambre de púas de la casa de Edixiro del Carmen Fernández, de 41 años. Cenaba cuando le dieron un balazo en la cabeza. Doce horas más tarde, la Policía científica levantó el cadáver.
Los desconocidos llegaron a la casa de la víctima por el monte del fondo de la casa, en el poblado Marimonda I, a las 9.00 de la noche del pasado lunes, saltaron el alambre y lo apuntaron.
Enderson Fernández, hijo de la víctima, explicó que en la vivienda estaba su padre, su madrastra, Rosa Noendry; y sus tres hermanos. "Ella quedó en shock al verlos". Los maleantes no dijeron nada, revisaron quienes estaban y desde lejos sin mediar palabras dispararon tres veces contra su objetivo. Una sola bala le llegó a la cabeza.Maracaibo
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En una zona rural del municipio Jesús Enrique Lossada, dos delincuentes con pasamontañas en la cabeza saltaron el alambre de púas de la casa de Edixiro del Carmen Fernández, de 41 años. Cenaba cuando le dieron un balazo en la cabeza. Doce horas más tarde, la Policía científica levantó el cadáver.
Los desconocidos llegaron a la casa de la víctima por el monte del fondo de la casa, en el poblado Marimonda I, a las 9.00 de la noche del pasado lunes, saltaron el alambre y lo apuntaron.
De inmediato saltaron la misma cerca perimetral y se perdieron en la oscuridad. Rosa quedó anonadada, llamó a Enderson y llorando le contó lo que había pasado. El cuerpo no lo movieron, lo dejaron en la silla tejida, reclinable que acostumbraba a pasar sus días, luego que sufriera un accidente en moto y perdiera parte del movimiento de sus piernas.
Doce horas más tarde, el cuerpo estaba rígido y tapado con una sábana, los familiares de a poco se aglomeraban en la humilde vivienda a esperas de las actuaciones de la Policía científica.
Fernández dijo que su padre nunca tuvo algún maltrato con sus negociantes ni un cierre de ventas que haya quedado en malos términos, por lo que desconocen las causas de su asesinato.
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