REDACCIÓN ELINFORMADOR.COM.VE.- Al menos 11,3% de
las personas en Venezuela consume dos o menos comidas cada día. 80,1%
refiere que no le alcanza lo que gana para comprar comida. Al estudiar
los datos por estratos socioeconómicos se revela que del grupo de
personas que dijo que no podía hacer sus tres comidas diarias, 39,1%
pertenece a los sectores sociales que no tiene una vivienda de calidad y
tampoco tiene estudios académicos completos, es decir, pertenecen a los
sectores sociales más empobrecidos.
La Encuesta Condiciones de Vida Venezuela 2014 recogió información en
1.479 hogares del país entre agosto y septiembre del año pasado. La
investigación fue realizada por la UCV, la USB y la UCAB, y es la
radiografía más reciente de la calidad de vida del país con la intención
de mostrar un panorama sobre el cual diseñar políticas públicas. La
última evaluación de este tipo data de 1998.
Los resultados arrojaron que la dieta del venezolano es de baja
calidad y rica en carbohidratos porque la mayoría de las personas compra
harinas, arroz y pastas como primera opción para alimentarse. Alimentos
ricos en proteínas como el huevo ya no están en la lista de los 10 más
consumidos, solo se menciona en el quintil poblacional que reúne a los
estratos de ingresos económicos medios. La mortadela, en cambio, forma
parte de la lista de más consumidos por los más pobres como sustituto de
la carne.
Marianela Herrera Cuenca, investigadora del Cendes y de la Fundación
Bengoa, participante del equipo que realizó la encuesta, detalló que
independientemente del estrato socioeconómico la mayoría de la gente
tiene problemas para adquirir alimentos, lo que se constituye en una
fuente de preocupación: 11% dijo que se sentía triste, angustiado o
deprimido todo el tiempo, mientras que 31% manifestó que alguna vez
experimentó tristeza.
“Los alimentos más cercanos a la población pobre son harinas, arroz y
pastas, son alimentos calóricamente densos y a los que tienen acceso.
En los quintiles más ricos son leche, frutas y hortalizas. La mayoría
siente que sus ingresos no le van a alcanzar para comprar comida. Todos
los quintiles refieren alguna dificultad para comprar alimentos. Sin
embargo, la mayoría dice que come lo suficiente. En el quintil 1, que
reúne al sector más pobre, 8,6% dijo que su alimentación es
insuficiente, que queda con sensación física de hambre”, explicó.
Herrera Cuenca señaló que al preguntar a la muestra sobre la relación
entre el consumo de alimentos y las enfermedades apenas 141 personas
dijeron que sí habían tenido algún tipo de dolencia. Las más mencionadas
fueron gastritis, parasitosis e intoxicaciones, pero ninguno mencionó
la obesidad. Subrayó que 47% de los encuestados no realiza ningún tipo
de actividad física.
Desconocimiento. La Encovi 2014 también evaluó la
percepción de las personas acerca de las dos enfermedades más comunes en
el país: la hipertensión y la diabetes, ambas a su vez se relacionan
con la alimentación y el estilo de vida.
Marino González, miembro de la Unidad de Políticas Públicas de la USB
y parte del equipo investigador, apuntó que solo 2% de los venezolanos
reconoció que sufre hipertensión, el resto no fue capaz de relacionar la
tensión arterial alta con la enfermedad. Por otra parte, 3% de los
encuestados dijo que tiene diabetes.
González recordó que para el caso de la hipertensión hay una
prevalencia de entre 24% y 39% de la población. No hay datos sobre
prevalencia en diabetes. Apuntó que la brecha revela la falta de
información y el requerimiento de políticas públicas para atenderlas. La
falta de reconocimiento de las enfermedades es mucho más marcada en
estratos más empobrecidos.
“Hay muchas personas que tienen hipertensión y no lo saben. La
hipótesis es que las personas que están sometidas a las restricciones de
alimentos empiezan a estar más familiarizadas con el problema”, dijo.
La encuesta arrojó que la mitad de los venezolanos no dispone de
planes de atención médica. 22% de los que sí los tienen están amparados
por los servicios sanitarios del Instituto Venezolano de los Seguros
Sociales. Solo 10% de los venezolanos tiene póliza de seguros.
Jóvenes dejan las aulas antes de los 15 años de edad
Cerca de 65% de las personas que buscaba un empleo entre agosto y septiembre de 2014 admitió que dejó la escuela antes de cumplir los 15 años de edad.
Cerca de 65% de las personas que buscaba un empleo entre agosto y septiembre de 2014 admitió que dejó la escuela antes de cumplir los 15 años de edad.
La deserción escolar fue abordada en la Encovi 2014 para determinar
el número de niños y de jóvenes fuera de las aulas de clase. 56%
abandonó sus estudios entre los 15 y los 19 años de edad. 59% de la
población mayor de 25 años completó al menos la educación media.
La conclusión principal fue que “la interrupción de la trayectoria
educativa ocurre muy temprano para un sector importante, sin haber
logrado acumular el capital educativo necesario para reducir los riesgos
de pobreza”.
Las entrevistas realizadas en 1.479 hogares permitieron conocer que
solo 63% de los niños entre 3 y 5 años de edad está escolarizado. Por lo
menos 100.000 niños con edades entre los 6 y los 11 años no están
escolarizados y otros 350.000 en edad de acudir a los liceos, es decir,
entre los 12 y 17 años, está en fuera de los planteles. La inequidad en
la educación universitaria también es marcada. Solo 20% de los más
pobres permanece activo en el sector. Un total de 3 millones de personas
no prosiguieron su educación.
Otro de los aspectos abordados se refirió a la escogencia de
planteles educativos. En los quintiles más pobres 69% dio importancia a
la proximidad y 10% a la calidad educativa. En los quintiles más ricos
52% destacó que escogió una escuela por la proximidad, 20% por la
calidad.
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