La comunidad informó que hace un mes, unos pistoleros dispararon contra los clientes. Hubo seis víctimas. La Policía científica maneja la venganza como causa del triple homicidio. Hasta ahora no hay sospechosos.
Los familiares de las víctimas se apostaron en la morgue forense. (Foto: Jhair Torres) |
Maracaibo
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Tres asientos de la barra del centro de apuestas La Sede quedaron manchados de sangre la noche del viernes, tras la ráfaga de disparos de un desconocido. Los vecinos del municipio San Francisco contaron que en la calle 24 del sector La Punta se escharon al menos 20 detonaciones y al cesar el sonido, se acercaron hasta el Sport Book y encontraron heridos a: Emiro Socorro Bermúdez (45), José Gregorio Hernández Socorro (49) y Ángel Javier González Parra (29).
Los testigos contaron que los tres amigos llegaron al establecimiento a las 7.00 de la noche del pasado viernes. Una hora y media después su homicida llegó a pie, los tiroteó y huyó. Hernández y González cayeron al piso de concreto y Socorro quedó tendido sobre el mostrador de cerámica blanca.
Emiro Socorro murió al instante, a Hernández lo trasladó un primo en una motocicleta hasta una clínica, pero falleció; y a González lo cargó su compadre, el propietario del Sport Book, hasta el centro de salud y murió a los pocos minutos de su ingreso.
Sin enemigos
Elbert Socorro, hermano de Emiro Socorro, describió a su hermano como tranquilo y trabajador. Cada viernes acudía a ese local. Residía en Los Samanes con su familia y vendía repuestos en Delicias.
"Ángel no era amigo de Emiro ni de José. Iba a ese local porque es compadre del dueño. Llegó el viernes de viaje y pasó por ahí a saludar al propietario", contó entristecida su hermana Leila González. Agregó que su pariente era gandolero y cubría la ruta Maracaibo-Valencia y vivía en San Ramón. "Era un hombre correcto, familiar y trabajador".
Los allegados de José Hernández informaron que comerciaba línea blanca y residía frente al Sport Book. Presumen que el criminal iba por él. Tenía 10 heridas de bala entre la cadera, las manos y el pecho.
La Policía investiga el crimen múltiple como una venganza. Aunque los familiares de las víctimas defiendan la reputación de cada uno.
Amenaza
La comunidad recordó que hace un mes llegaron unos pistoleros al local, dispararon y se fueron; en el atentado hirieron a seis personas. "Hace meses amenazaron al dueño del local y le dijeron que si volvía a abrir, iban a agarrar a tiros el centro".
Los vecinos comentaron que en el recinto venden drogas y piden a los oficiales de seguridad que cierren lo más pronto posible el Sport Book
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Los testigos contaron que los tres amigos llegaron al establecimiento a las 7.00 de la noche del pasado viernes. Una hora y media después su homicida llegó a pie, los tiroteó y huyó. Hernández y González cayeron al piso de concreto y Socorro quedó tendido sobre el mostrador de cerámica blanca.
Emiro Socorro murió al instante, a Hernández lo trasladó un primo en una motocicleta hasta una clínica, pero falleció; y a González lo cargó su compadre, el propietario del Sport Book, hasta el centro de salud y murió a los pocos minutos de su ingreso.
Sin enemigos
Elbert Socorro, hermano de Emiro Socorro, describió a su hermano como tranquilo y trabajador. Cada viernes acudía a ese local. Residía en Los Samanes con su familia y vendía repuestos en Delicias.
"Ángel no era amigo de Emiro ni de José. Iba a ese local porque es compadre del dueño. Llegó el viernes de viaje y pasó por ahí a saludar al propietario", contó entristecida su hermana Leila González. Agregó que su pariente era gandolero y cubría la ruta Maracaibo-Valencia y vivía en San Ramón. "Era un hombre correcto, familiar y trabajador".
Los allegados de José Hernández informaron que comerciaba línea blanca y residía frente al Sport Book. Presumen que el criminal iba por él. Tenía 10 heridas de bala entre la cadera, las manos y el pecho.
La Policía investiga el crimen múltiple como una venganza. Aunque los familiares de las víctimas defiendan la reputación de cada uno.
Amenaza
La comunidad recordó que hace un mes llegaron unos pistoleros al local, dispararon y se fueron; en el atentado hirieron a seis personas. "Hace meses amenazaron al dueño del local y le dijeron que si volvía a abrir, iban a agarrar a tiros el centro".
Los vecinos comentaron que en el recinto venden drogas y piden a los oficiales de seguridad que cierren lo más pronto posible el Sport Book
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