Nancy Josefina López, después de 10
años de divorciada, se volvió a enamorar de un hombre al que muy pocos
en su entorno conocían. Se veían cada mañana en un camino de arena,
escondido entre ramas y maleza. Conversaban, se besaban y hasta en
ocasiones tenían relaciones sexuales. Hace 14 días la pareja se
encontró, en un ataque de irá y presuntos celos el amante sacó un cuchillo, y la decapitó.
La rabia que sentía el desconocido era tanta que le abrió el cuerpo en dos. Desde el cuello hasta la pelvis la sajó, pero antes de asesinarla la torturó y golpeó.
Los detectives del Centro de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC)que
levantaron el cadáver el jueves 11 del mes pasado, a las 9:30 de la
noche, se impresionaron al ver el nivel de violencia con el que
ultimaron a López, una mujer que desde su infancia se dedicó a tejer y
vender chinchorros por encargo. Una fuente de la policía científica
indicó que al ver la escena de inmediato sospecharon de un crimen pasional.
Las investigaciones iniciaron tras el
levantamiento del cuerpo y un día después descifraron que quien la había
masacrado había sido su novio. Según el investigador, el asesinato
corresponde a un ataque “paramilitar o de algún expresidiario, por la
táctica que empleó el atacante”. Del homicida, las autoridades ya tienen pistas y lo buscan activamente.
Mientras, cinco almas siguen llorando sin consuelo la muerte de la mujer que les dio la vida, que los crió y que trabajaba como “una mula, día y noche tejiendo chinchorros para darle de comer a sus muchachos y que nada les faltara. Era una excelente madre y hermana. Venía cada 15 días a visitarme.
Era muy apegada a nosotros. No merecía que la mataran y menos de una manera tan cruel, y sádica”, expresó con la voz quebrantada una de las siete hermanas de la víctima, sentada frente a su casa, en el sector Pozo Último del municipio Mara.
La pariente prefirió no identificarse
por temor a que “ese sádico” que mató a su familiar tome represalias en
su contra. La dama, según sus allegados, es la imagen viva de Nancy.
“Ambas son dos gotas de agua”, dijo Eudomalia López, otra de las hermanas de la ultimada.
Sin miedo a nada y segura de sus palabras recordó que a la mayor de los
López la vieron por última vez con vida, el jueves 11, a las 7:00 am,
cuando preparaba las viandas de comida para sus hijos de 18 y 21, que
vivían en la pieza con ella.
Media hora después de que los hijos de
Nancy salieran de su vivienda, en el barrio Arca de Noé de la parroquia
San Isidro de Maracaibo, la ama de casa caminó 300 metros hasta llegar al camino de arena, oculto entre la maleza que cada día visitaba para encontrarse con su pareja. Ese fue el fin de sus citas
amorosas. Su amante la golpeó con un palo,
la torturó y al dejarla en estado de inconsciencia, la decapitó con un
cuchillo. Su cabeza la colocó a un lado de su cuerpo, que con paciencia y
cortes perfectos abrió a la mitad.
El cadáver quedó expuesto al sol 11
horas. A las 5:00 pm, unos niños que pastoreaban chivos pasaron por el
lugar y la encontraron. La escena dantesca los impresionó de tal manera que salieron corriendo despavoridos
a contarle a sus parientes, recordó un vecino de Nancy, quien indicó
que “nadie les creía lo que contaban. Varios nos dirigimos al sitio a
verificar lo que decían y la encontramos. Ya estaba en proceso de
descomposición”. El allegado calló por unos segundos y luego dijo haber
escuchado unos gritos esa mañana, pero no le dio importancia porque por
ese lugar matan chivos. “Ahora que analizo, quizás eran los gritos de
dolor de mi vecina”, agregó.
Los hijos de la artesana avisaron a su
padre, Manuel Morales. El hombre, a pesar de tener 10 años divorciado de
Nancy, se apersonó en el lugar del suceso y se hizo cargo de todo. “Todos estaban allí, menos quien se supone era su novio”,
dijo un vocero policial, quien manifestó que eso los llevó a sospechar
del mismo, pues este vivía en la misma barriada y no llegó, no estaba.
A Nancy la sepultaron en el sector La Sierrita. Su vivienda, en Arca de Noé, la colocarán en venta.
Sus hijos no quieren seguir viviendo allí por miedo. Durante los días
que estuvo sola la casa, se robaron los bombillos y el cableado
eléctrico. La cocina, la nevera, las ollas, camas y ropa, las sacaron de
la residencia y las guardaron en la vivienda del exmarido de López, en
el sector La Malvinas de Mara. Las hermanas, hijos y allegados de la ama
de casa piden justicia y que el crimen no quede impune. “Algo tan atroz
no puede quedar impune y exigimos justicia una y otra vez”.
“Con las armas blancas te destruyen física y socialmente”
Para Catalina Labarca, socióloga y psicóloga de la Universidad Rafael Urdaneta
(URU) y de la Universidad del Zulia, este tipo de acciones de corte
perverso tiene que tener un cierto dominio social y en gran medida ese
movimiento social es generado por los medios de comunicación, cuando
muestran programas cargados de maldad. Hay personas que pueden ver esos
actos como un hecho interesante dependiendo del nivel de psicopatía que
tenga. Explicó que cuando a una persona se le disparan emocionalidades
afectivas de manera tan intensa, esta pudiera pensar en actos dañinos o
agresivos en contra de otro, porque está muy enojado, dolido o herido.
Todo dependerá del nivel de distorsión de personalidad que tenga el
individuo, recalcó.
Cuando se sienten motivados sin
barreras, sin limites personales a ejecutar ese tipo de acciones, no
solamente destruyen el cuerpo físico de la persona, del daño material
como la decapitación o la tortura, sino también destruye el aspecto más humano de la víctima,
destruyen también su imagen social, porque la gente ya no lo recordará
por quien era sino por cómo lo mataron. Hay una intencionalidad muy
grande de acabar totalmente con todo lo que significas en el mundo.
Los detectives del CICPC indican que el
85 % de los crímenes pasionales son ejecutados con armas blancas. Ante
esto, la profesional manifestó que las armas como cuchillos, navajas,
chusos o machetes son utilizados por los victimarios porque son más
personales. “Cuando ellos usan un arma blanca sienten el contacto
directo con el cuerpo del otro, con su piel, su sangre. Ellos, de cierta
forma, gozan con el dolor y el sufrimiento del otro. Cuando hablamos de la utilización de estas armas blancas también hablamos de un elemento sádico, con el que busca destruirte en todo sentido.
Según Labarca, estas personas que tengan trastornos y problemas de autocontrol van viendo estos hechos como algo normal. Y hasta la misma población lo ve tanto en los medios que ya es algo común. Esto también causa que la gente se vuelva paranoica de las relaciones sociales, de salir, de compartir.
Esto afecta hasta a las nuevas parejas
de una u otra forma, porque por la difusión de estos temas la gente va
tomando como malicia. Unas se fijan con quién están y las actitudes de
este para sentirse seguras de que la persona no es violenta o no tiene
trastornos, pero otras no. Además, que hay hombres o mujeres que no demuestran sus patologías a simple vista. Esas relaciones por internet se prestan para ese tipo de situaciones, puntualizó Labarca.
Vía VF/www.diariorepublica.com
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