Los ataques se produjeron mientras miembros del gobierno sirio y de
grupos de la oposición se reúnen en Ginebra, Suiza, con motivo de las
negociaciones de paz auspiciadas por la ONU para tratar de lograr la
paz en el país
Un auto bomba y dos atacantes suicidas causaron las explosiones / Foto: Getty |
31 de enero 2016
Al menos 50 personas murieron en
tres explosiones cerca del santuario chiíta de Sayyida Zeinab, al sur
de la capital siria, Damasco.
Medios
estatales sirios dicen que las explosiones fueron causadas por un auto
bomba y dos atacantes suicidas y las imágenes de televisión mostraron
edificios en llamas y autos destruidos.
Se ha reportado más de un centenar de personas heridas.
El autodenominado grupo Estado Islámico se atribuyó la autoría de los ataques.
El
corresponsal de la BBC en Damasco, Rami Ruhayem, dijo que "la
destrucción es enorme" y que la explosión golpeó a varios vehículos,
incluido un autobús que se encontraba en el medio de la calle y quedó
completamete destruido y volcado.
El
santuario de la zona es uno de los más populares entre los musulmanes
chiítas y alberga en su interior la tumba de una de las nietas del
profeta Mahoma.
El templo llevaba
tiempo bajo el punto de mira de los yihadistas islamistas, quienes
amenazaron con atacarlo en febrero del año pasado.
Los
radicales de Estado Islámico dijeron en un comunicado que "dos soldados
del califato llevaron a cabo operaciones de martirio en el área de
Sayyida Zeinab, matando a cerca de 50 e hiriendo a alrededor de 120".
Diálogos de paz y tensiones
Los
ataques se produjeron mientras miembros del gobierno sirio y de grupos
de la oposición se reúnen en Ginebra, Suiza, con motivo de las
negociaciones de paz auspiciadas por la ONU para tratar de lograr la paz
en Siria.
El principal grupo de la
oposición se retractó de su amenaza de boicotear las conversaciones,
pero dijo que el gobierno sirio debería satisfacer algunas demandas
fundamentales para llevar a cabo las negociaciones.
Entre
estas medidas, el portavoz del Alto Comité de Negociaciones (HNC, por
sus siglas en inglés), Salem al-Meslet, pidió al gobierno de Bashar
al-Asad liberar a más de cien rebeldes.
El
grupo ha estado bajo presión por parte de su principal apoyo, Arabia
Saudita, y de los Estados Unidos para asistir a la conferencia, asegura
el editor de la BBC en asuntos árabes, Sebastian Usher.
La
hostilidad entre los actores clave sigue siendo alta, y el
representante de la delegación del gobierno sirio en las Naciones
Unidas, Bashar al-Jaafari, dijo que la decisión de HNC de participar en
el último minuto "no es seria".
En sus últimas declaraciones, Jaafari dijo que el ataque en Damasco confirma el vínculo entre la oposición y el terrorismo.
Jaafari
también dijo que el gobierno estaba considerando "absolutamente" la
adopción de medidas como la creación de corredores humanitarios, alto el
fuego y liberación de prisioneros.
Más
de 250.000 personas han muerto y 11 millones han abandonado sus hogares
en los casi cinco años que dura la guerra civil en el país.
"Los
niños y las mujeres en particular se están llevando la peor parte de
este conflicto y ya es hora de acabar con los combates y con otros
abusos contra los derechos humanos que han dominado la guerra", dijo el
secretario general de la ONU, Ban Ki moon
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