Desde los orígenes de la República los habitantes de estas tierras
bañadas por el Lago, marcaron pauta a la hora de su integración al
proceso disidente que bullía en la cabeza de muchos venezolanos. Bien
apurados debieron de andar Juan Germán Roscio y Francisco Isnardi,
redactores de la declaración de la independencia, cuando no contactaron
con algún hombre o mujer de bien y de ideas libertarias, existente de
por si, en esta remota región de Occidente, para que estamparan sus
firmas aquel 19 de abril.
El asunto es que hubo de pasar una década
para que al margen de la participación de zulianos como Urdaneta, el
Zulia se sumara con armas y bagajes a la lucha contra el imperio
español.
Diez años de guerra con las consecuencias fatídicas de la misma, hablan
de cientos de miles de patriotas de bando y bando, caídos en el fragor
de los combates. Ya para el año de 1820, propiamente un 26 de noviembre,
Bolívar en el mismo Trujillo donde años atrás había impuesto el Decreto
de Guerra a Muerte, le hacía firmar un Armisticio, así como un Tratado
de Regularización de la Guerra al ejército realista. En medio de este
escenario el 28 de enero del año 1821 en cabeza del gobernador Francisco
Delgado, aparece desde Maracaibo, el Zulia incorporada a la gesta
independentista, colocando con su significativa participación el sello
final de la victoria patriota en manos de Manrique y Padilla.
Esta declaratoria de independencia de la Provincia de Maracaibo, provocó
el resquebrajamiento del Armisticio y la reactivación del conflicto
armado, lo que condujo a nuestros libertadores a la Batalla de Carabobo y
la del Lago de Maracaibo. No dejaron de tener razón los españoles al
criticar la violación de lo acordado en Santa Ana, porque al son de caja
y repique de campanas, Francisco Delgado, junto a Bernardo Echeverría,
Manuel Benítez, Bruno Ortega, José Ignacio González de Acuña, José María
Luzardo, Ignacio Palenzuela, Miguel Vera, Manuel Ramírez, Juan Ignacio
Suárez y Mariano Troconis, hicieron posible, que hoy en este Siglo XXI
los recordemos celebrando nuestro día de la Zulianidad.
El Zulia es más que sus 63.100 km² de tierra y su Lago que la rodea, ser
Zuliano está por encima de los 4 millones de habitantes que convivimos
aquí. Ser Zuliano y asumir la Zulianidad, es ratificar el carácter
democrático expresado en aquel documento, leído en Cabildo Abierto en la
Sala Consistorial, sede del Ayuntamiento Marabino, en tiempos de
revueltas autonómicas. Reivindicar esa condición regionalista que
llevamos con pasión y orgullo, es mantener vigente la lucha por la
descentralización y el control definitivo de nuestra Hacienda Pública
Estadal, negada por los arrebatos centralistas; es convertirnos en
defensores del ideal Bolivariano, tan mancillado por quienes han
estafado a la nación en su nombre.
La Zulianidad no sólo nos deviene de este hecho histórico, somos
Zulianos porque desde el primer momento cuando los españoles osaron
pisar nuestro lar, los pueblos originarios entraron en resistencia. La
Zulianidad, la conmemoramos como algo inherente a la Venezolanidad,
porque ser Zuliano es ser Venezolano. Asumimos nuestra Zulianidad
recordado los que un buen día nuestro Juglar José Chiquinquirá
Rodríguez, afirmó: “Me pueden decir ahorita que esto mío es un capricho,
ya más de uno me ha dicho que soy un regionalista, no importa, soy
egoísta, yo al Zulia lo quiero mucho, cuando de ese lago escucho el
chapoteo del marullo, se me infla el pecho de orgullo al saberme
Maracucho”.
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