Científicos de la Universidad de Osaka, en Japón, crearon una robot que
emula a los seres humanos. Este es identico a uno de sus creadores,
Hiroshi Ishiguro
Geminoid HI-4 fue presentado en el Congreso del Futuro que se llevó a cabo en Chile | Foto: El Tiempo |
Cada
vez que abre su bolso en los aeropuertos, el profesor Kohei Ogawa debe
lidiar con los rostros de estupor del personal de las aduanas. Por
razones de seguridad, él mismo transporta en su equipaje la cabeza del
Geminoid HI-4, el androide creado a imagen y semejanza de su jefe,
Hiroshi Ishiguro, doctor en Ingeniería y director del Laboratorio de
Inteligencia Robótica de la Universidad de Osaka. "A menudo, me
preguntan: '¿qué es lo que llevas adentro? ¿Una cabeza?'. Y yo respondo:
'Sí, es una cabeza, pero de robot' ", dice.
El
Geminoid HI-4 fue una de las estrellas del Congreso del Futuro que
concluyó el pasado fin de semana, el mayor encuentro de ciencia,
tecnología y humanidades de Chile. Fabricado en base a metal, silicona,
plástico y espuma de uretano, este humanoide no solo posee las facciones
y hasta injertos del cabello real de su mentor, sino que también
pestañea, gira la cabeza y mueve los labios sincronizadamente con las
palabras que emite.
Geminoid HI-4 y la presidenta de Chile, Michelle Bachelet. Foto: Agencias |
A control remoto
Para
activarlo, Ishiguro ni siquiera tiene que moverse de su escritorio en
Japón. Gracias a la acción de unos auriculares con sensores, el robot
funciona con las señales que el científico le envía por computador. "El
Geminoid HI-4 solo puede mover su parte superior. Pero en Japón tenemos
otros robots que pueden mover todo su cuerpo", señala Ogawa.
El
muñeco teleoperado es el último exponente de una larga lista de
androides fabricados por Ishiguro y su equipo. El punto de inflexión
ocurrió hace diez años, cuando crearon un prototipo inspirado en la
fisonomía de la hija del ingeniero japonés. Este modelo era tan
"extraño" –parecía humano, pero su comportamiento era el de un robot–
que la línea de investigación se enfocó en reducir la brecha entre sus
funciones y apariencia. El año pasado, Geminoid F, un androide femenino
diseñado por el laboratorio, encarnó a la protagonista de la película
nipona Sayonara.
"En
estos momentos, tenemos dos corrientes principales: la primera son los
robots como un medio de telecomunicación y la otra son los robots
autónomos", señala Ogawa.
"Los
primeros son como un avatar, ya que requieren una presencia real detrás
del robot. Este último solo es el intermediario en una comunicación
entre humanos, tal como pueden ser Skype o el e-mail. La diferencia es
que los Geminoid pueden trasladar la presencia humana. En Skype vemos un
rostro humano en el monitor, pero ese individuo se encuentra en algún
lado del mundo. Pero, una vez que las personas controlan un robot, que
además tiene su apariencia física, lo podemos ver en el lugar", detalló
el desarrollador.
Para leer el trabajo completo entre aquí
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