viernes, 29 de mayo de 2015

Distorsión cambiaria dispara precios en Guayana

Para darse “gustos” como comprar una correa, un sostén
 o una camisa, los venezolanos deben restringir gastos,
pues el salario mínimo no alcanza y la inflación muerde
los insuficientes ingresos
Guayana
María Ramírez Cabello
mramirez@correodelcaroni.com
Ana Mendoza veía vitrinas el miércoles en el centro comercial Trébol, en el centro de Puerto Ordaz. Un precio la detuvo. Era el de unas sandalias que un par de meses atrás costaban Bs. 1.200 y ese día marcaban Bs. 2.860. No tenían lentejuelas, ni nada diferente, “eran sencillitas”, como ella misma las describió.

Esa alza de 138% en un calzado, que a lo mucho podía durarle un año, la sumó a otro dolor al bolsillo. Hace dos semanas, precisó, salió a comprar la cuchilla de una licuadora y la consiguió a Bs. 550, pero no pudo comprarla. A la semana siguiente, volvió al negocio y costaba Bs. 750, pero adquirirla era necesario así que pagó el monto. En la tarde, mandó a su hijo a comprar el vaso de la licuadora que también se rompió y ya la pieza estaba en Bs. 950.

“La había comprado a Bs. 750 a las 9:00 de la mañana y en la tarde ya costaba Bs. 950, y el dólar no había llegado a 400 bolívares”, comentó, dejando colar una comprensión sobre la cotización del dólar paralelo, que sirve de referencia en la actualidad a buena parte del sector comercio, ávido de divisas oficiales.

El satanizado marcador de Dolar Today, cuyo cálculo ha sido rechazado por el Gobierno, economistas y la Asociación Bancaria de Venezuela, ha estado sellando el ritmo de los precios en los últimos meses y el intercambio de divisas en el mercado informal.


El 21 de mayo de 2014, a las 11:00 de la noche, el billete de mayor denominación en Venezuela de 100 bolívares permitía adquirir un dólar paralelo. Ese día el marcador cerraba en 71,14 bolívares por dólar. La devaluación a toda velocidad del bolívar en los últimos meses llevó a que exactamente un año después, en 2015, la moneda estadounidense se situara a Bs. 402, ante la mirada expectante de los venezolanos y los naturales nervios de punta.

Presión cambiaria

Sin analizar a fondo la veracidad de las cotizaciones del marcador del dólar paralelo, el economista Efraín Velásquez, presidente del Consejo Nacional de Economía, explicó que el aumento de la masa monetaria, es decir, la cantidad de bolívares en la calle, presiona el mercado cambiario y aleja la tasa paralela de referencias oficiales como la preferencial de Bs. 6,30, liquidada por el Centro Nacional de Comercio Exterior (Cencoex); la tasa de Bs. 12 del Sistema Complementario de Administración de Divisas (Sicad) y la de Bs. 199, transada en el Sistema Marginal de Divisas (Simadi).

“Hay un incremento muy importante en la cantidad de bolívares que hay en la economía, esa cantidad de bolívares aparecen allí como consecuencia del financiamiento del gasto público no solo directo del gobierno central sino del gasto de Pdvsa, eso es Misión Vivienda, Pdval, etc. Cuando una economía tiene esa cantidad de bolívares debe haber inflación; si la economía no reacciona a la velocidad de la demanda hay problemas de abastecimiento y presiones sobre el mercado cambiario, eso es lo que sucede hoy, una economía muy estimulada por el lado de la demanda”, explicó, a lo que se suma el interés de los venezolanos de resguardar sus bolívares en monedas duras como el dólar.

A juicio del economista, si el Gobierno mantiene su política de gasto financiada por la creación de dinero inorgánico, sin soporte productivo, la dinámica de la inflación, desabastecimiento y presión cambiaria será la misma.

¿Las soluciones? Según Velásquez el Ejecutivo debe racionalizar su política fiscal y el financiamiento monetario. “El gasto debe ajustarse así como la creación del dinero, eso implica que la presión de demanda debería disminuir, al igual que el desabastecimiento y la presión cambiaria”.

¿Especulación vs Protección?

En un escenario de aceleración de los precios, que ha llevado a los ciudadanos a plantearse la interrogante de si están o no en una economía dolarizada, la Asociación Bancaria de Venezuela declaró que las páginas web, redes sociales o cualquier otra de las fuentes que difunden información sobre el tipo de cambio, distintas al BCV, “no son una referencia válida ni oficial, por lo tanto, recomendamos que no sean tomados como indicadores para establecer el valor del bolívar respecto al dólar estadounidense o cualquier otra moneda”.

Pero, ante la falta de divisas oficiales u otro indicador del dólar paralelo confiable, el presidente de la Cámara de Comercio e Industrias de Caroní, Tomás Guerra, reconoce que parte del sector empresarial toma el valor del paralelo para definir precios. “Es una distorsión económica y la única forma de solucionar es que haya un flujo normal de divisas no solo en alimentos y salud, sino en sectores importantes como vestido y calzado y equipos como repuestos”, explicó.

Guerra señaló que la subida de los precios ha contraído las ventas en más de 25%: una estadística que afecta a buena parte de la población que debe evaluar sus prioridades al momento de emplear sus mermados bolívares en una transacción. Entre ellas, Ana Mendoza, la caminante del centro comercial Trébol, que tras ver vitrinas y hurgar en el bolsillo se fue de la zapatería sin comprar las sandalias.

Precios sin freno

Chemise = 1,2 salarios mínimos

Vestido y calzado fue el grupo que más subió de precio en abril, de acuerdo con el último informe del Cendas. Repuntó 21%. Una chemise -marca Dabiani- cuesta en tiendas de caballeros, Bs. 8.376.

Lentes = 2,5 salarios mínimos

En sectores dependientes de la importación, el alza de precios ha sido acelerada, mientras la merma en la oferta de productos crece. Una montura de lentes se consigue desde Bs. 3 mil, pero los cristales de visión sencilla han repuntado hasta Bs. 17 mil en promedio.

Cartera = de 18 días de ingreso a 2,2 salarios mínimos

Las hay de baja, media y alta calidad, pero todas han subido de precios. En franquicias de este ramo, rondan los Bs. 4 mil, pero en la mayoría de los casos las carteras importadas se consiguen desde Bs. 15 mil.

Sostén = 20% del salario mínimo

Es un producto básico de la vestimenta femenina, que tampoco escapa a la inflación. En una sucursal del Palacio del Blumer, un sostén blanco se consigue en Bs. 1.360, equivalentes a seis días de salario mínimo. Si es más elaborado cuesta Bs. 1.925.

Medias = 10,3% del salario mínimo

Todo bebé necesita medias al nacer y durante todo su crecimiento, pero sobre todo las primeras son las que más rápido pierde. Aun así debe comprarlas a un monto de Bs. 700 a Bs. 1.000 apenas tres pares de medias.

Sandalias = 50% del salario mínimo, en promedio

En centros comerciales se consiguen sandalias sencillas y de colecciones viejas a Bs. 1.000, pero los nuevos modelos rozan los Bs. 5 mil y en algunos casos los superan. Significa invertir la mayor parte de un salario mínimo.

Aire acondicionado Split = 26,6 salarios mínimos

En el 2013, antes del boom de los “precios justos” un aire de 24 mil BTU rondaba los Bs. 20 mil. Esos mismos aires, escasean hoy y rondan los Bs. 179 mil. Si son marcas como Samsung, pueden superar los Bs. 200 mil.

Horno = 21,6 salarios mínimos

En línea con el repunte de precios de toda la línea blanca, un horno eléctrico empotrable que hace un par de meses costaba Bs. 60 mil, superó la barrera de los Bs. 100 mil. En una tienda en Castillito, se consigue en Bs. 146 mil
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