lunes, 22 de febrero de 2016

Indigente cruza la calle y recibe un balazo en la cabeza

Hasta ahora la Policía no cuenta con una descripción del vehículo en el que se trasladaban los homicidas. Los detectives indagarán los videos de los negocios cercanos a la escena del crimen.
Los funcionarios de la Policía científica iniciaron las experticias correspondientes al caso. (Foto: José Nava)
José Antonio González
Maracaibo
jgonzalez@laverdad.com
Transeúntes de la calle 78, Doctor Portillo, con avenida 21, vieron el cuerpo de Nicolás Enrique Cervantes Meriño, de 20 años. El joven salía de hacer la cola en el Abasto Bicentenario de la zona, donde encontró un puesto para su madre. A los minutos lo tirotearon.

Diagonal a la sede de Copei, estaba Cervantes. Descalzo, con jean azul y chemise negra. Cayó sobre su costado izquierdo, la cabeza estaba sobre el brocal y el resto del cuerpo sobre el asfalto. Los conductores que pasaban bajaban la velocidad para mirar, mientras que Amparo Meriño, progenitora de la víctima, lloraba desconsolada sentada en un muro. Su otro hijo, Esteban, dijo que su hermano estaba en condición de calle y con malas juntas desde los 14 años.
El familiar explicó que su hermano pidió prestado un celular, llamó a su madre a las 6.00 de la mañana de ayer y le dijo que habían productos en el Bicentenario, por donde se mantenía. Hizo la cola y tomó un número para ella. La mujer llegó, él le entregó tique y se retiró. Según los que lo vieron, este caminó hacia Doctor Portillo, pero iba solo. Al parecer, cuando cruzaba la calle le dispararon desde un vehículo en marcha. Una tía llamó a la madre y le contó lo sucedido.

Efectivos de la Policía municipal de Maracaibo resguardaron el cadáver. A las 8.20 de la mañana llegó la Policía científica, entrevistaron a los familiares mientras que 30 personas curioseaban, esperando ver el cuerpo de Nicolás. Levantaron el cadáver y lo trasladaron en la unidad forense hasta la morgue.

Los investigadores revisaran los videos de seguridad de los negocios cercanos para ver si el crimen quedó registrado. Los Cervantes viven cerca del lugar, en el sector Paraíso detrás de las oficinas de la CANTV, a dos cuadras de donde asesinaron al joven. 

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